LOS JUEVES UN RELATO: LA MANO QUE DA LA MONEDA
La mano áspera como la avaricia, arrugada como las nueces que ocultan el fruto, esquiva el gesto,como la mirada de quien va a decir "Adios"
La mano pertenece a un brazo que se arruga por temor, que retrae su voluntad ante la duda de dar o no dar.
La mano es tímida, porque le avergüenza su pobreza, la que no se ve tras el traje elegante, la intangible aspa de un molino que solo trae agua para sí.
La mano tiene grietas, cayos, marcas, como los surcos que siembra uno y otro otoño.
La mano tiene un hueco, no sabe llenar un pobre corazón que no sueña, pues se duerme ambicionando sólo confort.
La mano está seca, impermeable, impotente de acariciar y colectar agua para una sed que nace en las entrañas y madura añejada en la garganta, apenas adormecida por un vino de mala cosecha.
La mano es pequeña, juega con los gestos, sin entender significados ni símbolos, barajan un paraíso lleno de estrellas.
Las manos se juntas, se extienden, se pegan, se niegan, se acercan,se entregan.
Las manos como los pies, transitan aceras, escaleras, bulevares y cornisas, perdiendo en multitudes anónimas, el saber la izquierda lo que hace la derecha.
Se extiende digna, sin esperar perdón. No ansía redención, ni clemencia. Antepone alfabéticamente compartir a dividir.
La mano escribe palabras que acumulan intenciones, pero sabe que solo el gesto supremo, digno, recatado y solidario, dará sentido al cuerpo, al alma, a la vida, y entonces procede, avanza, extiende, recoge al hombre del barro, recibe el hálito de vida y da.
Muy buen relato , en él las manos es la clave de esa amargura que lleva el estar en la calle , con ella extendida para que alguien a su paso le de algo , una limosna o tal vez sentir el calor de otros dedos.
ResponderEliminarUn abrazo , te deseo una feliz noche.
ResponderEliminarAhhhh!!! si estas manos que alargan la moneda a estas personas, les miraran a los ojos en lugar de dejarles sus migajas, quizas verian lo que se esconde detras de una cara sucia y unas ropas, deshilachadas, y seguro que cambiaria lla actitud del que se cree por encima de los demás y haria iimosna de verdad y humildemente No de pasada. ignorandoles como si fueran parte del paisaje.
Espléndido relato, una gran reflexión de lo que es la pobreza, del significado de los signos, esa mano que se retrae o estira con ese pudor de sentirse inferior muchas veces.
ResponderEliminarUn abrazo
Me quedo con los dos ultimos parrafos.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Vivían! Conmovedora y original manera de retratar los gestos generosos o mezquinos según sea la intención y el espíritu de quien práctica la caridad. Un abrazo
ResponderEliminarYa de primeras me llamó la atención la imagen que elegiste como cabecera del relato: esas dos manos que todos conocemos, pintadas por Miguel Ángel, que parece que se rozan y, al mismo tiempo, nunca se tocan. Fue un comienzo perfecto para tus palabras, llenas también de significado.
ResponderEliminarUn abrazo
Como es toda la vida nos encontramos con entrega y generosidad como con otras acciones menos honrosas, lo has ido dibujando muy bien.
ResponderEliminarBesos.
Unas manos que sienten, que esconden, que dudan.....el ultimo parrafo es genial. Me ha encantado amiga.
ResponderEliminarHermosa descripción de las manos, prolongación ejecutora de lo que la mente de la persona que las posee, decide en cada momento. Dar o no dar, encogerse o extenderse, apretar o rechazar. Me ha encantado tu relato, Vivian.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
¡Hola! Hermosa forma de darle protagonismo a las manos y llenarlas de sentimiento sin darles una cara a quién reconocer. Me ha parecido precioso y muy poético.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Las acciones de la mano para describir la redención de la persona. Una forma fantastica de contarlo.
ResponderEliminarUn abrazo.