LOS JUEVES UN RELATO. COLORES.
El color de las historias sencillas.
Estela era un ser enigmático. Había momentos, en que
te parecía un ser de luz, pero la mayoría de las veces era…¿cómo podría
definirlo? Un ser gris. La conocí en unos talleres que dieron en la Unitres,
sobre viajes y cultura. De todo, conocía un poco. Creo que su mayor valor,
consistía en su curiosidad. No tenía una gran vida, y ya sabemos lo que eso
significa: ni un gran amor, ni una gran trabajo, ni una gran familia, ni
amigos imborrables. Algunas veces después de la clase, fuimos a tomar un café y fue en esas
ocasiones, que supe un poco más de su vida.
Tuvo un amor, allá lejos en el tiempo, que se
llevó su pasión a cambio de un gusto
enorme por los viajes, a ella, que apenas llegaba a fin de mes y jamás podría
costearse un viaje ni a la capital. Ese hombre, conoció su mejor lado: la
juventud, la alegría, su entusiasmo por los libros, escribir, y sobre todo su
inocencia. Luego lo que suele suceder: las disculpas, las excusas, el final.
Creo que a partir de ese tiempo, comenzó a tener en su
rostro, el color deslucido de la niebla.
Un día llegó tarde a la clase -ella siempre tan puntual-
con un color arrebolado en las mejillas.
Apenas pudo, me lo contó:
-¡Me voy de viaje! A un lugar de Francia que siempre
tuve en la cabeza o en el corazón.Poco recorrido para que rinda más la estadía.
Gané con un número de lotería, comprado entre todas las clientas de la
peluquería.
No pude más que emocionarme, viendo a Estela, tan
luminosa ese día. Sus ojos parecían del color de la miel. No se en qué momento,
dejaron de ser marrones.
-¡Felicitaciones amiga! Qué linda sorpresa me das…
Estela se fue al comenzar la vacaciones de invierno,
primeros días de julio. Regresaría sobre fin de mes.
A la semana recibí una postal preciosa donde me
contaba:
“Disfrutando del color intenso del vino, del rojo guinda
de los frutos, del intenso granate con que pintan mis ojos esta ciudad. El
viento atrevido, arrebola mis mejillas. Con rojos púrpuras emulo a Montaigne, y
pregono: Conocete a ti mismo.
Por todos lados la desvergonzada realidad se revela, al oir de Mauriac sus prebendas,
cuando expresa en sus premiadas letras, la miseria del pecador alejado de Dios,
sus pasiones, su soledad, sus remordimientos.
Allí, donde Goya encontró inspiración y serena paz
para pintar su joven lechera, con su
cántaro de leche.
Burdeos es mi lugar.
Creo que la suerte está de mi lado. Tal vez sea cierto
que existe un príncipe azul (o rojo burdeos), y yo justo me lo encontré.
Con cariño, Estela.”
Que bonita historia al principio es como un poco triste pero luego se va haciendo realidad el sueño de esa mujer que con el tiempo y un poco de suerte llevo a cabo su gran viaje ...muy lindo y romántico ese final.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esa curiosidad segura que le haria muy interesante.
ResponderEliminarBesos.
Evocador, dulce y romántico. Muy muy bonito.
ResponderEliminarLindo relato, de superación podríamos decir 👌... Las mujeres y su gran mundo, besos 😘!!!
ResponderEliminarBien por estela que al fin se animó y pudo hacer realidad su tan postergado sueño: viajar. Y hacerlo ha transformado su apagado gris en multitud de colores tan vitales como ahora se siente ella.
ResponderEliminarBella historia que ha sido un placer leer.
Beso grande
Has dado rienda suelta a todos los colores, comenzaste con ese gris tan mortecino y terminaste con ese rojo burdeos de la copa de vino, hasta aquí llega su aroma.
ResponderEliminarBesos.
Pues al final tubo sentido su gusto por viajar....un relato fantastico casi como un pequeño cuento, te felicito, besos.
ResponderEliminarRomántico y bien escrito. Me gustó.
ResponderEliminarHermoso relato lleno de sensibilidad. Una historia de amor en la que aparecen lis volores más vistosos. Buena historia. Enhorabuena
ResponderEliminarHermoso relato lleno de sensibilidad. Una historia de amor en la que aparecen lis volores más vistosos. Buena historia. Enhorabuena
ResponderEliminar¡Hola! Qué lindo que Estela haya logrado pintarse de colores con ese viaje. Que me ha encantado.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Curioso color..., ese burdeos. Casi rojo, casi encarnado, casi colorado, casi escarlata, casi carmesí, casi bermellón. ¡Sangre y vino! ¡Vida! Curioso color... Ese Burdeos. Gracias por participar. Un beso
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