CHOP SUEYcide
─Laura murió.
Un grito, puro instinto, desgarrador, salvaje, negro como el mal, fue su respuesta inmediata. La desgracia
instalándose en su casa de nuevo. Su nuera se fue dando un portazo, y terminó muerta
entre fierros.
Después los trámites, papeles, pésames,
pastillas y llanto, mucho llanto, de ese que no lava, del que se vuelve
inundación y pudre el alma, dejándola sin redención.
Imposible afrontar el día siguiente, ni el
otro, ni el posterior. Amanda, su mejor amiga trata de convencerla. “Tienes que
sobreponerte para ayudar a tu nieto, huérfano de padre, de madre y de la vida
misma. Si Enrique viviera, te lo imploraría. No puedes dejarte vencer por la
adversidad. Eres lo único que le queda a tu nieto.”
Enriquito…con catorce años está varado entre su amorosa niñez y el futuro más abismo que nunca.
Cata espía a su amiga, aunque sus ojos miran sin ver. Hace dos meses fue su hijo. La
enfermedad, se lo robó de un hachazo. Ahora su nuera, trastornada por los acontecimientos,
en un ataque de furia, se marcha de su
casa para no volver.
Siente la maldición sobre sus cabezas,
ellos siempre tan bellos, tan íntegros, tan brillantes, tan de buena familia.
Asiste impávida al derrumbe de los dos náufragos en que se han convertido abuela y nieto.
─No puedo Amanda. He perdido lo que más
quería y sé que a Enriquito no le importo. Ese adolescente raro, no es mi nieto.
Y así un día y otro y otro más.
Las luces sin encender. Se come lo que está
a mano, de una forma condescendiente con algo que se llamó vida, para cumplir
con la inercia de cambiar de día el calendario.
Del cuarto de Enriquito, llega hasta su
habitación, una música fatal, estridente, diabólica. Ha hurgado entre sus
cosas, en algún momento que su nieto se ausentó y pudo ver las imágenes de los
grupos que escucha. Lucirían mejor como lápida en el cementerio; desparramados
en su escritorio, le generan pánico.
Música es lo único que se cuela por las
rendijas de las puertas. Ni siquiera el aire pasa por ellas, cerradas las
ventanas, abiertas las almas a la oscuridad. Como en vía crucis, deambulan por
las habitaciones tratando de no cruzarse, y entre sus silencios y el asco de
estar vivos, la música se repite como una letanía:
Father into your hands, i
commend my spirit
Father into your hands, why have you forsaken
me?
in your eyes, forsaken me
in your thoughts, forsaken me
in your heart, forsaken, me
oh, trust in my, self-righteous suicide
i cry when angels deserve to die
Junior (como gustaba su padre
decirle) vuelve al inicio de la canción. Chop Suey, System of a down. Se
anestesia, se sumerge, se inmola, se olvida. Ahora es Enrique, a costa de la
muerte de su padre. Ahora es el infinito al que debe lanzarse. Vivir o Morir, es
un suicidio de todos modos.
Ante la insistencia de la canción, su
abuela traduce en un acto reflejo:
Padre en tus manos, pongo mi espíritu
Padre, en tus manos ¿por qué me has
abandonado?
En tus ojos, me has abandonado.
En tus pensamientos, me has
abandonado.
En tu corazón, me has abandonado
¡Oh! Cree en mí, autosuficiente
suicidio
Yo lloro cuando los Ángeles merecen
morir
Abandona el presente. Se encuentra en aquel
hospital donde su hijo se abraza y le da la noticia: "Es un niño. Ha
nacido otro Enrique que te hará felíz."Apenas lo ve la invade algo
especial que trasciende la lógica, es sentimiento puro, se siente ligada a ese
ser que hasta hace un minuto no conocía y encuentra en su indefensión la fuerza
y las ganas de vivir. Es él quien la salva de todos los vacíos que la vida le
ha ido sembrando alrededor.
Vuelve al presente, se ausenta de su dolor, lava su cara para quitarse las
lágrimas secas. Inspira y expira. Deja que entre el aire a sus pulmones y
oxigena su corazón.
Apenas unos golpes en la puerta que cede a
su impulso, y como si fuera por primera vez, lo mira a los ojos tendiéndole su
mano, primer gesto de auxilio.
De nuevo su nieto, en su desprotección, es
su fuerza.
Tremendo, Vivian. Precioso, emotivo y muy conmovedor.
ResponderEliminarGracias Marta. Tus palabras animan.
EliminarImpresionante Vivian. Un relato demoledor. Es imposible dejar de emocionarse con la desdicha de la abuela por tanta pérdida y la fuerza emocional con la que vuelve hacia la recuperación del nieto. Me dejaste conmovido por lo bien que está llevada la historia. Mis felicitaciones. Te deseo mucha suerte para el concurso.
ResponderEliminarAriel
Gracial Ariel. Es un gusto recibirte, y leer tu opinión del relato.
EliminarHola VIvian, te cuento que recuperar ese nieto al final del relato es algo con lo que no contaba, otro detalle ha sido el título, me ha desconcertado un poco, pero la estructura del relato es muy interesante. Un abrazo
ResponderEliminarLa vida es dura y las fuerzas se van perdiendo, pero los sentimientos por alguien o por algo, creo que siempre son el mejor salvavidas. Tu opinión es interesante a la hora de juzgar si he sabido trascender lo que pienso a lo escrito.Gracias Emerencia.
EliminarTerrible relato en donde el dolor aflora de distintas formas pero con igual autenticidad, ambos, nieto y abuela parecieran habitar distintos mundos, sentir de forma irrecnciliable y distinta, pero no, si saben reencontrarse en ese punto en donde los corazones convergen, seguro podrán comprender que los dos se necesitan y en ese otro se encuentra la fortaleza que tanto necesitan.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Vivian
Sin duda, nos conocemos al leernos. Gracias Mónica.
EliminarLa muerte es terrible, sobre todo si es de un ser querido. Reflejas muy bien el dolor y la devastación que siempre produce, y también la unión, como manifiestan nieto y abuela. Muy bien contado. Vivian. ¡Mucha suerte en el concurso!
ResponderEliminarGracias Pilar por tu estimulante comentario.
EliminarVivian un relato donde el dolor es contado con desgarro. Ese nieto que para su abuela es un se que no tiene su importancia y al final es el sostén del uno al otro. ¡Suerte en el concurso! Un abrazo.
ResponderEliminarGracias María del Carmen. Por cierto, el sentirnos necesarios nos ayuda a revivir.
EliminarEl salto generacional genera sentimiento de impotencia en la abuela al no saber cómo gestionar lo que se le avecina tras esas dolorosas muertes con un nieto tan joven.
ResponderEliminarUn relato muy estremecedor, Vivian.
Te deseo mucha suerte en el concurso.
Besos
Gracias Chelo. A veces el dolor nos sume en un estado, donde somos incapaces de comprender que somos importantes para que otros sanes sus penas.
EliminarUna abuela, como puede ser cualquiera de las que nos cruzamos en el día a día, que saca fuerzas de flaqueza. Su nieto como tabla de salvación. Potente relato.
ResponderEliminarMucha suerte.
Gracias Bruno. Es cierto, soy abuela, aunque por fortuna, la vida no me ha puesto a prueba de esa forma.
EliminarHola, Vivian
ResponderEliminarUna magnífica narración que ha logrado trasmitir el dolor y la angustia de tu personaje al lector.
Me gusto la ambientacion con ese final tan sorpresivo. !Suerte en el concurso!
Saludo!
Graciads Yessy, juevera amiga, tu comentario anima.
EliminarTremenda la historia descarnada que nos traes, Vivian. En cuantas ocasiones necesitamos agarrarnos a una tabla salvadora para no hundirnos. A ciertas edades supongo que se piensa sobre todo en la propia muerte y no se cuenta con la de quienes deberían irse mucho después. Algo difícil de afrontar pero para lo que tu protagonista ha encontrado al menos donde agarrarse. Mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarGracias Jorge. Por suerte ya sabes que tenga cara, y no soy anonimus, jajaj
EliminarGenial, Vivian. Qué fuerza tiene este relato, por lo que transmite y como está escrito.
ResponderEliminarAna, muchas gracias. Por suerte nos hemos leído y nos vamos conociendo a través de las letras.
EliminarHola Vivian, una historia muy conmovedora, la pérdida, el dolor, la furia, el desaliento, están plasmados en este relato. Y luego los dos personajes de la historia unidos en ese dolor para poder resistir, para poder seguir viviendo reinventan el amor que se tienen a pesar de todo. Me generó un montón de emociones. Muy buen relato Vivian. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Vivian, por participar con este relato en EL TINTERO DE ORO. Un abrazo y suerte!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho y me ha parecido, Vivian, que has tenido inteligencia narrativa al titular e insertar la canción como el eje central del relato. La letra ha sido el punto de intersección que actúa como modulador en el drama, adquiere trasfondo y comprensión para un futuro encuentro entre dos generaciones y también cierto paliativo del dolor de ausencias.
ResponderEliminar¡Suerte compañera!
Gracias Tara, como ya te he dicho, siento que has comprendido perfectamente donde quise poner el acento o el disparo para que la historia, diera un giro.
EliminarHola Vivian
ResponderEliminarUn relato muy bueno. Todo imágenes con una fuerza especial. Un ambiente tenso. Un ritmo galopante... en fin, qué me ha gustado.
Suerte.
Gracias Paola. Me gusta que hayas encontrado imágenes, que sirvan para dar fuerza al relato.
EliminarLlego cuando ya te han dicho tantas cosas bellas y merecidas que solo puedo sumarme a las voces de los otros comentaristas. Nos seguiremos leyendo. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Ana. Es verdad, los compañeros han sido generosos y estimulantes en sus comentarios.
EliminarHola Vivian,
ResponderEliminarPlanteas un relato potente, eligiendo también una "clave de bóveda" original e igual de potente. La música de SOAD y un tema controvertido, con referencias bíblicas, sostienen el fondo y la forma de lo narrado. Coincido con el comentario de Tara que lo expresa de forma impecable y admirable.
Creo que habrá buena puntuación para acompañarte en la gala que prepara el maestro David.
Allá nos veremos. Un abrazo
PD: Si me permites, soy un tiquismiquis de cuidado y me chirrían las cuadernas (tal vez sin razón) por una coma al principio : «Su nuera se fue dando un portazo, y terminó, muerta entre fierros.». Es la que va después de "terminó", que no me acaba de gustar. I'am sorry ;-)
Don, no digo nada nuevo, si afirmo que tus comentarios son muy apreciados por todo, por lo sustancioso que aportas, así que gracias!!! y con ese "tiquismiquis" para mi tan gracioso, tomo en cuenta y borro la coma, vale!!! (de verdad, que no va!!)
EliminarUn relato magnífico, Vivian. La desolación tras la pérdida de seres queridos nos hace descuidar a los que quedan a nuestro lado y tu lo has contado maravillosamente en esa abuela y ese nieto que, cada uno a su forma, se aferran a la tristeza. Te deseo mucha suerte en El Tintero.
ResponderEliminarGracias Beitavg. Muy generoso comentario y muy alentador: hay que seguir escribiendo, hace bien y si lo compartimos...mucho más.
EliminarUna historia preciosa, Vivian, yo diría que llena de humanidad. Las desgracias que experimentamos sacan a relucir cosas de nosotros mismos que ni sabíamos que guardábamos. A veces es una fuerza inusitada; otras una pena tan honda que nos vence y que a punto está de borrarnos del mapa. Los que aún quedan, los que no se han ido, son quienes nos mantienen con los pies y la cabeza en la tierra. Ese es ahora el papel de Enrique para su abuela. ¡Me ha encantado!
ResponderEliminarUn beso y mucha suerte en el concurso :))
Buffffffffffffff!!!!!!!! La primera vez que te leo, te aseguro que no será la última.
ResponderEliminarSiempre hay alguien o algo por lo que seguir adelante.
Un abrazo
¡Qué bonito, amiga Vivian, cuánto sentimiento y ternura aflorando entre la tragedia, aún más cruel por reincidente! Te felicito por el texto, me ha gustado mucho leerlo.
ResponderEliminarTe deseo mucha suerte en el "Tintero".
Un abrazo.
Muy bueno el relato, intimista y conmovedor. Los dos protagonistas se necesitan y compenetran al máximo.
ResponderEliminarUn abrazo Vivian y suerte en el concurso.
Puri
Un relato desgarrador, Vivian.
ResponderEliminarEl salto generacional aquí parece insalvable. Pero siempre hay un hueco para el amor.
Suerte en el concurso.
Un abrazo.
Un relato testigo de lo dura que puede ser la vida. Me ha gustado, Vivian. Ese final qué verdad es. Uno se hacer fuerte cuando tiene que cuidar a los que están más desamparados. Suerte en el concurso. Abrazos.
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