(acuarela, recreación de la calle de los Suspiros, Colonia del Sacramento, Uruguay) En tus callejas de barro y piedra, en tus tejas y tus santaritas, en tus ventanas que esconden secretos y en tus balcones, que exhiben impúdicos, viejas historias de amores viejos, me reconozco, me encuentro, me pierdo, me asomo. Vuelvo a ser niña, camino al sur del sur, junto al río, cerca de la estación de trenes, donde por aquel entonces, alguna Penólepe soñaba con el amor. Los trenes no regresaron, los turistas cruzan en el ferry, desde la otra orilla. Los europeos, buscan en tus plazas, la paz y el sosiego, sin saber muchas veces, que están en suelo charrúa, suelo de paz y brazos abiertos. ¡Ay! callecita perdida, mi calle de los Suspiros. Todavía juego a la rayuela en tu angosta vereda, cuando nadie me ve, cuando nadie me escucha, mientras el tren silva a lo lejos, tan lejos, como los recuerdos. .......................... Más relatos en lo de Nieves.
Una lindura esta poesía, Vivian! Sencilla y redonda...como la luna!
ResponderEliminar=)
Un abrazo fuerte
Me ha gustado por la sencillez.
ResponderEliminarBeso liso.
Precioso poema, Vivian. Un canto a la maternidad, como un rorro para adormecer al bebé. Un abrazo!
ResponderEliminarPero que belleza!!!!, delicado, cálido, dulce.
ResponderEliminarHola querida Vivian. Que sepas que te he nominado para el Blog Recognition Award. No soy mucho de nominaciones, sin embargo acaban de nominarme y como hay que nominar a blogs interesantes he pensado en el tuyo porque siempre hace que tenga más visibilidad. Si te animas, puedes recoger el premio en el siguiente enlace:
ResponderEliminarhttps://lascosasqueescribo.wordpress.com/2018/10/22/nominada-para-el-blogger-recognition-award-2018/
Es precioso!
ResponderEliminarMúsical, dulce y casi hipnótico por su sencilla belleza.
Muy a tono con mi aporte maternal😀
Gracas a ti por la generosidad de preparar este encuentro juevero.
Besos